A la hora de diseñar una instalación de climatización es fundamental la selección del tipo de sistema que mejor se adapte a la situación de cada proyecto en particular, pero tiene incluso mayor importancia prever una instalación que sea eficiente energéticamente, obteniendo un impacto directo en el ahorro económico a largo plazo y en el cuidado del medio ambiente.
La tendencia en los últimos años para conseguir un ahorro en los costos de la instalación y operación de los sistemas de HVAC ha llevado a buscar nuevas alternativas a los esquemas habitualmente diseñados, y más atendiendo a la situación actual, cuando nos encontramos sumergidos en una crisis del precio de la energía debido al aumento de los precios del gas y la electricidad.
Generalmente las instalaciones de HVAC se componen de tres partes:
• Sistema de producción de frío/calor
• Sistema de bombeo de agua
• Unidades terminales
Tradicionalmente los sistemas de climatización se diseñaban con bombeos a caudal constante, en los que la pérdida de presión y por tanto la potencia de bombeo permanecen constantes. Se trata de instalaciones que a cargas parciales pueden llevar consumos de energía por bombeo muy elevados.
Sin embargo, la selección de bombeo de caudal variable permite el ajuste del caudal de agua a la demanda del edificio en cada momento, lo que supone un importante ahorro energético que hace aumentar la eficiencia de la instalación, como se muestra también en grandes proyectos desarrollados por Savener.
Desde el punto de vista del diseño de la instalación, las bombas hidráulicas se dimensionan con una presión disponible mayor a la pérdida de carga que deben vencer. Cuando la instalación es a caudal constante esa mayoración de la presión de trabajo de la bomba produce un consumo energético adicional, cosa que no ocurre si la bomba funciona a caudal variable, puesto que se puede ajustar el punto de trabajo del equipo. Este hecho supone un ahorro del 10-15% de energía en el punto de trabajo a máxima demanda de la instalación frente al consumo de un bombeo a caudal constante.
Teniendo en cuenta además el funcionamiento de la instalación con un bombeo a caudal variable, se puede ajustar el punto de trabajo de la bomba a la demanda real del edificio en cada momento. Esto puede suponer un ahorro energético estimado en bombeo de hasta el 40% en situaciones de cargas parciales. Sumando ambas partes, el ahorro en el bombeo a caudal variable frente al funcionamiento de caudal constante podría alcanzar el 50%.
A pesar de que la selección de bombas de caudal constante puede resultar una instalación más sencilla de ejecutar y con un control más simple, como se ha mostrado anteriormente el bombeo a caudal variable es la opción óptima desde un punto de vista energético, que se traduce también en un ahorro económico a largo plazo.
Tomás Laguna. Departamento Instalaciones Mecánicas